sábado, 21 de mayo de 2011

Esa industria llamada naval


























































Se multiplican los pedidos de empresas y gremios para que el Estado elabore un plan estratégico para la producción de embarcaciones y para la marina mercante.
La sombra de Brasil y su poderío baja la sensación térmica en los astilleros y talleres de este extremo del continente. Otros vecinos cercanos dan señales de reacción oportuna y, cada uno a su medida, acompañan el clima que impone el gigante sudamericano.
La Argentina quiere, siente que puede, pero aún no le alcanza. Tiene calidad y capacidad. Hace falta un impulso que, dicen y reclaman los operadores, puede llegar con un acompañamiento decidido del Estado para un despegue más firme de su industria naval.
Los pedidos de una legislación específica y un plan estratégico para el sector, tanto para la producción de embarcaciones como para la marina mercante, acompañada de otras políticas puntuales y movilizadoras para el ramo se convirtieron en una constante durante las tres jornadas de exposiciones y rondas de debate del III Encuentro Internacional de la Industria Naval Argentina (Einaval) que se desarrolló en esta ciudad con muy buena participación de empresas y referentes del sector.
Empresas y gremios destacaron la buena demanda de trabajo y mano de obra que vive este rubro industrial, aunque admiten que quedaron relegados frente a otros competidores, tanto países limítrofes como otros con estructuras de costos muy favorables como los del mercado asiático.
Lo mismo ocurre con el transporte de cargas internacional. Especialistas que pasaron por Einaval pronosticaron que será difícil, con las actuales condiciones, tener una mayor y mejor participación en el mercado.
"No han evolucionado nuestros puertos ni la marina mercante, y hemos destruido a la industria naval", disparó Cayo Ayala, veterano referente del sector desde la conducción de la Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Naval Argentina (Fempinra) y del Sindicato Argentino de Obreros Navales (SAON).
Crítica empresaria

El tono crítico no fue una exclusividad del sector gremial. También llegó de parte del empresariado desde el mismo día de la apertura de las deliberaciones, cuando el presidente de la Asociación Bonaerense de la Industria Naval (ABIN), Horacio Tettamanti, pidió dar forma en el país a un complejo marítimo "autónomo y en función de los intereses nacionales". "Los que vivimos en carne propia el haber sido nos duele el no ser más", dijo el también titular del astillero marplatense Servicios Portuarios Integrales (SPI) y recordó que hace tres décadas la Argentina era líder absoluto en el mercado naval regional.
Más de medio centenar de empresas participaron con sus stands en esta nueva edición de la Einaval que organiza la ABIN. "No lo llamamos ni congreso ni exposición ni muestra, sino lo que para nosotros es: un encuentro, un espacio donde podemos coincidir, dialogar y gestar proyectos para le desarrollo de la industria naval", contó a LA NACION el responsable de la organización de esta cita, Miguel Angel Sánchez.
El paso de los distintos referentes permitió delinear un escenario en el que la conformidad parece lejana. Países vecinos, y en especial Brasil, asoman con condiciones mucho más ventajosas para el desarrollo de la industria naval y sus actividades periféricas.
"Esto es un gran ring de lucha en el cual hay intereses muy fuertes y dramáticos en juego", dijo el licenciado Gustavo Nordenstahl, de Surnav S.A, para reflejar esa disputa de espacios que tiene a la hidrovía como principal escenografía.
En este sentido planteó políticas de Brasil tan contundentes para sus empresas como el rescate que con más de US$ 1000 millones hizo Chile, a través de un inversionista privado pero con guiño del Estado, para devolver solidez a Sudamericana de Vapores, número seis en el ranking mundial.
Una de las coincidencias centrales de los participantes de esta nueva edición de la Einaval, que volvió a tener como sede los salones del Hotel NH Provincial, es el valor estratégico de la industria naval. El primero en destacarlo fue el ministro de la Producción bonaerense, Martín Ferré, durante el acto de apertura del encuentro. "Está conformado en su mayoría por pequeñas y medianas empresas, es generador de valor agregado y del 80% de los puestos de esta actividad en todo el país", dijo sobre la incidencia de esta industria en el territorio provincial.
Otro aliento se llevó el proyecto de recuperación de Maruba como línea de bandera en el mercado marítimo. Con más o menos énfasis; con avales encendidos pero también algunas objeciones en voz más baja. "No es muy sensato celebrar el rescate de la empresa para un proyecto nacional cuando incorpora buques que no se fabrican en el país", se quejó el directivo de una importante empresa naval argentina.
"Maruba es un ensayo", definió Nordestahl y habló de éste como un caso digno de ser estudiado en Harvard por la participación de sectores gremiales con un 30% de la compañía en sus manos. "Es un evento que todos miramos con interés y esperanza para ver si puede seguir funcionando y mantener un armador argentino en los mares", insistió.
Los distintos participantes revivieron los momentos de gloria de la industria naval. Resaltaron épocas pasadas con pleno liderazgo regional. "Estábamos a la cabeza, muy sólidos", recordó Tettamanti.
El empresario, como también lo hicieron referentes gremiales de la industria, se quejaron de determinados sectores que parecen decididos a frenar cualquier intento de impulso de esta industria. Dijo que se siente oposición al discurso de empuje y recuperación. "¿No será que por algún motivo somos un sector cargoso, molesto, que inflamamos ideas nacionalistas?", se preguntó.
El titular de ABIN dejó bien claro que ninguna industria naval próspera fue fruto de las condiciones del mercado ni del derrame de crecimientos regionales. "No vamos a tener una marina mercante, industria naval ni puertos al servicio de un proyecto nacional si no es a través de una decisión política", explicó.
Ayala, desde su enorme experiencia y la autoridad que le reconocen quienes son parte de la industria, también se refirió a aquellos que "no tienen entidad visible" pero están prestos a poner obstáculo para que avancen proyectos.
Habló entonces de la necesidad de que "se ajusten tuercas" en este mercado y para ello, entre otras alternativas para aportar soluciones y desarrollo, propuso la apertura de líneas de crédito accesibles para el sector. "Esos préstamos -indicó- van a redundar en más beneficios que subsidiar al transporte automotor o a un ferrocarril que se cae a pedazos".
Proyectos dormidos

Juan Chimento, asesor de la presidencia de la Cámara de Armadores de Bandera Argentina (Carba), fue otro de los que consideró que el Estado puede hacer un aporte significativo para el despegue parejo de la industria naval y el transporte marítimo. Para ello consideró imprescindible la sanción de una ley específica para el sector. Durante el encuentro los participantes recordaron que existe más de una decena de proyectos en las cámaras legislativas, todos cajoneados hace años.
Si bien pidió que el tema sea tomado por máximas jerarquías del Estado, Chimento explicó la situación con una frase con ribetes futboleros pero bien gráfica y simpática: "Desde la Presidencia tiran el centro, pero nadie cabecea", acusó.
Según Tettamanti, la intención es que el Estado se sume y rescate concretas oportunidades de participación en proyectos de la industria naval que "nos permitan recuperar lo que habíamos sido".
El Subsecretario de Puertos y Vías Navegables, Luján, participó del panel que abrió las deliberaciones y desde allí dio señales de acompañamiento. "Le damos participación al Estado", dijo y puso como ejemplo la reactivación de Maruba y el acompañamiento a las terminales con planes de obras para mejoras.
Lo ratificó el titular de Actividades Portuarias de la provincia de Buenos Aires, Luis Abot, que destacó un balance 2010 que cerró con récord de movimiento de cargas, buques y recaudación. "En 2011 se superará esa marca", anunció.
El presidente del Consorcio Portuario Mar del Plata, Eduardo Pezzati, remarcó el liderazgo de Mar del Plata como puerto pesquero, la recuperación del movimiento de cargas y proyectos ambiciosos que apuntan a la construcción de muelles que duplicarán la capacidad de amarre de esta terminal. Sus pares de Quequén y Bahía Blanca no pudieron asistir al panel.
Pero el gran escenario y tema reincidente de esta Einaval fue la hidrovía. El presidente del Consejo Portuario Argentino, Oscar Vecslir, hizo una descripción una ruta fluvial que con 3500 kilómetros de vía acuática -según admitió- "todavía descoloca a empresarios, autoridades y operadores".
Con cinco países involucrados en el tráfico, destaca asimetrías y una problemática que espera soluciones. "Hay 1100 barcazas circulando por la Hidrovía", aseguró Vecslir.
El directivo también remarcó una cuestión considerada central y planteada por Tettamanti en el inicio de esta III Einaval: "Buenos Aires tiene que mantener su condición de puerto hub", afirmaron. Perder ése perfil significaría que la política de fletes se determine en Brasil, lo que implicaría para Argentina exponerse a otros costos más desfavorables.

Textos del Supl. Comercio Exterior Diario La Nación Por Darío Palavecino - Corresponsal en Mar del Plata - Fuente: lanacion.com.ar

FOTOS agregadas a la nota: Daniel Estigarribia desde III EINAVAL 2011.

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